Relato del párroco D. Agustín Centelles
 
De la vergonzosa retirada de nuestro exercito del punto de la Madalena siguiendo su alcance la vanguardia de los franceses, entraron en este pueblo entre 4 y 5 de la tarde del día 17 de agosto del año 1810. Perseveraron esta noche en este pueblo, y a la madrugada del día siguiente regresaron a Alcala. En este breve tiempo, cometieron todos los excesos propios de unos soldados vándalos (luego alguien rectifico el texto tachando vándalos y poniendo vencedores). Profanaciones, homicidios, incendios, saqueo, violencias, fueron sus frutos. Entraron el la Iglesia y robaron los calices, patenas, el copón arrojando en el suelo las Sagradas formas, la Cruz parroquial, vasos de los Santos Oleos, el asperges, la Paz, solamente se libro de su rapacidad la Custodia del Santísimo por estar escondida de antemano. Arrancaron las lapidas de los altares, tomaron los manteles, trastornaron los frontales, hicieron astillas cuantas arcas había en la sacristía, y fuera de ella, armarios, y fuente bautismal y armario de los Santos Oleos. En fin, todo lo hicieron pedazos. Pero en medio de este furor respetaron las imágenes de los altares. Fueron incendiadas 8 o 10 casas y a otras muchas dieron fuego que no prendió. Abrieron todas las puertas e hicieron un grande saqueo. Hirieron gravemente al entrar en el pueblo a Pascual Bruño y mataron a cuchilladas a su hija Eufrasia, doncella, regularmente por defender su castidad, lo mismo executaron en las ermitas de San Francisco y crucifijo del Calvario, todos los habitantes huyeron al monte y quedo el pueblo desierto.
 
Torreblanca libro bautismos 1804-1839 Folio 394