Familiar de la Inquisición era el miembro de menor nivel dentro de la Inquisición española
Sin necesidad de tener ningún tipo de voto monástico ni ingresar en el clero (eran laicos), sus funciones eran las de informar de todo lo que fuera de interés para la institución y ocurriera dentro de la sociedad, en la que estaban integrados, como una tupida red de espionaje o servicio de información.

El hecho de que los acusadores en los procesos inquisitoriales no fueran públicos ni pudieran ser conocidos por los acusados, les hacía temibles. Debían estar permanentemente al servicio de la Inquisición. Convertirse en familiar era considerado un, ya que suponía un reconocimiento público de limpieza de sangre y llevaba además aparejados ciertos privilegios. Aunque eran muchos los nobles que ostentaban el cargo, la mayoría de los familiares eran de extracción social popular.

Familiares del Santo Oficio

Eran nombrados por los inquisidores de distrito. Solían proceder del pueblo llano, eran artesanos y mercaderes, aunque, cuando la figura del familiar se fue alejando de sus fines iniciales - milicia al servicio del Santo Oficio-, se unieron a éstos, caballeros que que veían el puesto como una fuente de prestigio y privilegios de toda clase. Esta página esta realizada por Mamen y Rafael basandose en una recopilación de Pep Mir Fenoll y otros documentos aportados por diversos miembros del grupo.

La amplitud de los distritos territoriales y la escasez de personal obligaron al Santo Oficio a buscar apoyos externos, para lo que se creó las figuras de los familiares y comisarios de la Santa Inquisición. La figura del familiar, existente ya en la en la Inquisición medieval, la desempeñaba un laico, que estando al servicio del tribunal, protegía, en un principio, a los inquisidores a cambio de la concesión de determinados privilegios como la exención de algunos impuestos. No sólo disponía del privilegio de la exención de algunos impuestos, sino que además, su condición de familiar suponía el reconocimiento de la limpieza de sangre. Todo ello contribuía a que fuese un cargo muy cotizado.

 

Con el tiempo, el cometido de los familiares cambió bastante. Se les utizó para controlar las actuaciones de la población rural. Su misión principal era denunciar, perseguir y detener a presuntos herejes, no juzgar, algo que correspondía a los tribunales provinciales. El nombre de los delatores no era conocido por los acusados ya que no se hacía público, hecho que les hacía temibles