Capitulo 5 | Nuestro primer viaje |
Antes del verano del 2012 ya habíamos superado el 1.000.000 de registros de los índices parroquiales, teníamos una gran base de datos y que cada día iba creciendo.
En Valencia Xavier Serra, nuestro jefe, hace el inventario y catalogaciones de los fondos de las parroquias y etc. Y la piedra fundamental son Ramón Fita y Vicente Pons. En ellos tenemos el mayor apoyo y las gestiones propias de la Curia. En Orihuela José Antonio, nuestro jefe Y sin olvidar de que en algunas ocasiones hemos contado con la ayuda de algún amigo que viviendo en la zona de actuación le resulta fácil. Pensando en las posibilidades de ayuda que podíamos tener y que no dispondrían de equipo, habíamos puesto las dos cámaras viejas a la venta y ya por fin teníamos el dinero para comprar una 3º cámara y así lo hicimos. Y llego el día tan esperado. Después de varias reuniones, presentado memorándums y varios meses en que el proyecto de la digitalización debía ser revisado y aprobado por la Curia y el departamento jurídico, llego el 3 de octubre del 2012 y se firmaron las disposiciones. Ya era oficial “el proyecto de la foto digitalización del Arzobispado de Valencia”, tal y como me había dicho el Vicario general, Don Vicente, “Mamen, lo haremos”. No repercutía en nuestro trabajo, pero oficialmente ya estaba publicado en el B.O. Por supuesto lo teníamos que celebrar y en esta ocasión me deje mimar, yo no cocinaría. Nos fuimos Rafael y yo a Moraira, a casa de Xavier y Vicente y fue Vicente quien se encargo de preparar un arroz, de esos que quitan el sentido y en la sobremesa disfrutamos de unos “mojitos” preparados por… (No sé escribir tu nombre, lo siento)…. El pupilo de Vicente. Para esas fechas ya había conseguido trabajar como a mí me gusta, con orden y concierto. En esta zona, la Costera, como no podía ser de otra manera, nos encontramos con “problemillas” al igual que en Enguera había 6 libros que habían perdido la tinta y después de muchas pruebas, Rafael y yo conseguimos mediante la fotografía recuperar la lectura de esos documentos, aquí actuamos con la misma diligencia. Después de acabar con la Colegiata de Játiva y las parroquias de la zona, La Costera Rafael y yo ya estábamos preparados para el viaje. Íbamos a fotografiar el Vinalopo perteneciente a la Diócesis de Orihuela. Los párrocos ya nos estaban esperando. Preparar el desplazamiento fue fácil solo tenía que cargar en el coche mis dos ordenadores y a mi gata….. Pero me encontré con un problema. No encontraba un piso que me alquilaran para un mes a un precio módico y sin pedirme dos meses de depósito. Y ahora entenderéis cuando digo que José Antonio me facilita muchísimo el trabajo. En el Vinalopo contaríamos con la ayuda de José Mª y él se encargaría de estrenar la nueva cámara de fotos. Era la primera vez que nos trasladábamos y sabía que el trabajo seria duro pues había que ir cada día a una población y sin descanso, debíamos hacerlo así para que tuviéramos que estar los menos días posibles fuera de casa y solo yo sabía el ritmo de trabajamos que llevaríamos y empecé a temer que José Mª o Rafael no me siguieran. José Mª lo tenía más fácil, solo con alegar que tal día no podía ayudarnos, cosa que nunca hizo, ya estaba, pero y Rafael? El no podía dejarme sola. Bueno ya tenía la solución: iríamos a digitalizar y al llegar al piso Rafael descargaría las tarjetas de las cámaras mientras yo respondía a los mensajes de los socios y sus peticiones, y cuando estuviera esta fase terminada cambiaríamos de ordenadores, Rafael seguiría con las peticiones y yo empezaría a ordenar las imágenes, hacer las carpetas etc… y al día siguiente más de lo mismo. Y llego el día del viaje. Yo con toda mi ilusión y Rafael con toda su resignación preparamos las maletas, los ordenadores, los equipos de digitalizar, las cositas de la gata…. Y toda contenta baje a cargar mi coche, je,je,je es un Megan Coupé (tiene un maletero de risa, si es que se le puede llamar maletero). Volví a subir y me dispuse a hacer planos a ver como metía tanto trasto en mi coche. En el maletero (o lo que sea) iba todo el equipo de digitalizar, las lámparas, la mesa de reproducción, el trípode y metí una maletita y el retrete de la gata y la otra maletita…. No había manera, así que dije, mira Rafa, yo empujo y tú bajas la puerta…. O al revés… Al final entró. Y en los asientos de detrás iban, dos ordenadores, las cámaras y mi gata en su trasportín, o sea “hasta la bandera”. La gata, a pesar que le había dado un trocito de una pastilla para el mareo estuvo todo el viaje en su trasportín y mau y mau y más mau. Todo lo que quería era ponerse encima mío, pero yo conduciendo no podía ni mirarla, así que le iba hablando a la gata con la esperanza que se relajara. La conversación entre Rafael, la gata y yo era de libro. Yo decía, gata, que ya llegamos, espera un poco más. Rafael, dile a la gata que solo faltan 30 kms… Y Rafael me decía, pero mamen, te has dado un golpe? Como voy a decirle eso a la gata, se va a estresar, le diré que solo quedan 3… Sé que podía haberle dado más trozo de pastilla como me aconsejo la veterinaria, pero eso era drogarla y no quería. Por fin llegamos a Elda, y como no podía ser de otra manera, Mamen a pesar de llevar un copiloto y un Tomtom se perdió, el copiloto decía que iba muy deprisa y no le daba tiempo de ver las calles (el copiloto es un poco lento) y el Tomtom solo decía tonterías… Inevitablemente me perdí por Elda. Después de muuuuchas vueltas por la ciudad, más de 30 “je,je, te has perdido” y más de 200 “mau” gatunos llegué a una plaza y pare para preguntar a un señor por donde podía ir a la plaza Sagasta? Y este mirándome con ojitos compasivos me dijo: pues la tienes bien cerca, es esta misma. Bien, lo había hecho bien. Pepe, el párroco vino enseguida darnos las llaves y enseñarnos el piso. Quedamos para vernos por la tarde en la parroquia y así hablaríamos del trabajo, método etc… Lo primero que hice al entrar fue acomodar a mi gata, le había llevado todas sus cositas para que se sintiera como en casa, iba a pasar muchas horas sola, por suerte después de oler todos los rincones, bebió agua y comió un poco y se tumbo en su cama a dormir, desde ese momento esa era su casa, los que tenéis gatos ya sabéis como son. A la hora señalada fuimos a la parroquia y Pepe nos recibió muy amable. Empezamos hablar del trabajo y me dijo que él quería ayudarme organizando el ritmo de actuaciones y lo que hiciera falta. Yo entonces le di el listado de las parroquias que íbamos hacer en esos días y le dije que ya podía empezar a llamar a los párrocos avisando de nuestra llegada y que luego yo llamaría y el primero que respondiera y allí iríamos. De vuelta en el piso y ya sentada delante del ordenador y respondiendo a los mensajes y peticiones recibo una llamada de José Antonio, mi jefe:
Una vez más lo habían intentado y no lo habían conseguido. Pero fijaros que hicieron esas llamadas o envío de mensaje el mismo día de nuestra llegada. Estaban muy cerca, sabían muy bien nuestros movimientos. Rafael me aconsejo que no dijera en el foro nada sobre nuestros planes y actuaciones, a lo que yo siempre me negué. Yo no tenía que esconderme de nada ni de nadie y si en algún momento al Iglesia tenía dudas….. Estaban en su derecho, yo me retiraría y se acabo el trabajo. Como dije en el anterior capitulo, la Iglesia no es tonta. Os lo dije, responsables que la Iglesia han estado en mi casa y solo les ha faltado dormir en mi cama, pero como es mía…. Para eso ya tengo la habitación de invitados y es esa la que usan o las llaves de mi casa, que no las tienen porque no me las han pedido. Llego el lunes y le siguió el martes y el miércoles y así acabamos la semana de trabajo. Todo iba perfectamente. Cada día José Mª nos recogía en casa y conduciendo él, se conoce la zona, íbamos de pueblo en pueblo. José Mª además ayudarnos y de hacer de chofer con su coche o el mío también nos iba haciendo de guía turístico, estaba empeñado que ya que estábamos allí hiciéramos turismo, lo siento, no teníamos tiempo, cuando llegábamos al piso yo tenía por delante trabajo importante que hacer antes del día siguiente y no podía permitirme el lujo de ver cosas de los pueblos, solo veíamos la entrada, la parroquia y la salida. No obstante aprovechó los desplazamientos para ilustrarnos sobro todos los lugares por donde pasábamos, pueblos y lugares, Y nuevamente volvía a enriquecerme con la relación con los señores párrocos. En Aspe nos encontramos con dos sorpresas, la desagradable fue ver que habían desaparecido muchísimos libros, en realidad solo existían los de bautismos y alguno también faltaba. Y la agradable fue ver como el alcalde es una persona muy apasionada por la historia y la conservación de la documentación, él ya me había llamado y me había ofrecido toda su ayuda. En la alcaldía sabían el día de nuestra llegada a su villa y cuando nos disponíamos a comer en un bar cerca de la parroquia vino a vernos el alcalde para agradecernos el trabajo que estábamos haciendo, estuvo un ratito con nosotros, departimos amigablemente, una corta pero interesante charla, se había escapado del ayuntamiento entre reunión y reunión. Cuando fuimos a pagar nos dijeron que estábamos invitados. Muy rumboso el Sr. Alcalde. En Novelda contábamos con la compañía de Jesús, el sacristán. Mi querido Jesús, para él soy su gitana…..El ultimo día nos trajo un presente para que no nos olvidáramos de él. Como no podía ser de otra manera tuvimos la visita y compañía de Miguel Ángel. Estuvimos hablando y realmente conoce ese archivo como la palma de su mano, muchas son las horas que ha estado delante de esos libros. Tanto Miguel Ángel, como Jesús nos acompañaron en las sobremesas. El párroco nos atendió de maravilla, no bajaba un cafecito, infusión, agua lo que hiciera falta. En Novelda hay dos parroquias y José Mª fue con mi coche y el párroco de San Roque de Novelda a buscar los libros para facilitarnos el trabajo. Como veis todos querían hacernos más cómodo y fácil nuestra labor. A mí se me había ocurrido la idea de reunirnos unos amigos para comer, el primer sábado fue el día elegido y el lugar, Elda. No era nada especial, lo extraordinario lo pondrían los asistentes. Hasta Inma se desplazo desde Gandía con sus hijos. Y mi André desde Paris, como siempre André aprovecharía para seguir por todos los pueblos buscando a sus ancestros y por supuesto estaba invitado por mí a dormir en el piso y buscar “abuelitos” fue solo una noche, pero disfrutamos de nuestra mutua compañía. Fue un sábado especial rodeada de amigos. Cuando fuimos Hondon de los Frailes o las Nieves, no recuerdo, pero no importa las dos parroquias las atiende el mismo párroco, bueno, sorpresa, este hombre no sabe nada del proyecto, no quiere que entremos y eso que habíamos quedado en día y hora… no sabe nada, no había estado presente el día de la reunión. Pues nada, no hay problema le dije, llamamos a José Antonio y se arregla, José Antonio no me responde al móvil, tampoco el arcipreste, el párroco no sabia que hacer, si enviarnos de vuelta o dejarnos trabajar entonces me mira a los ojos y decide confiar en nosotros - Vale Mamen, adelante – nos dijo. Entramos, empezamos a montar los equipos y suena el teléfono, era José Antonio y está todo arreglado. Pero hasta el punto de que el párroco se ofrece a ir al otro pueblo a buscar los libros para que no tengamos que desmontarlo todo y volver a montar etc…. En Monforte del Cid mi sentimiento era especial, pues sabía que allí estaban la historia de la familia materna de Felipe, mi Felipe- Ese día disfrute de una manera especial, el párroco me regalo para mi mama un rosario, comimos en un bar de la comparsa de…, creo que de los cristianos, un menú sencillo pero muy barato. En algunas parroquias tuvimos que ir varios días, pues los fondos que conservan son importantes, pero ya llevamos trabajando dos semanas y mis compañeros seguían aguantando, sobre todo Rafael. El viernes llame a los párrocos para programar el trabajo de la semana siguiente y ya empezamos a ver su buena disposición para atendernos…, teniendo en cuenta que ya era el mes de diciembre y ya sabemos que son fechas en las que los párrocos están muy atareados, los belenes, preparativos de La Navidad… Estuvimos en Biar y al llamar al párroco de Onil no había manera de poder hablar con él, su móvil me responde un señor diciéndome que el no es el párroco, que ese número no corresponde al párroco, pido disculpas por la equivocación y vuelvo a llamar, la misma persona, de nuevo mis disculpas. Llamo a la parroquia y a su casa, nada de nada. Por fin me responde, pero el teléfono se queda mundo. Paso al siguiente número de la lista, es Castalla. Pues estando en Castalla, se me ocurre pedirle al párroco el número de Onil y me da el mismo número que yo tenía anotado y le cuento que ese número no corresponde al párroco y me dice.- Como no, si yo acabo de hablar con Noe. Llamo yo a ese número y no me responde. Y yo ya empiezo a pensar que algo raro hay. Pienso en hablarlo con Pepe, el arcipreste y vuelvo a la sala a seguir digitalizando. Entra un señor en la casa, vestido con alzacuellos blanco y claro esta deduzco que es un párroco, saludamos.- La verdad es que tiene un humor increíble, al estilo inglés. Cuando estuvimos en Biar un día llegue a agobiarme, éramos tres personas trabajando y con la archivera y los visitantes, todos hablando sin parar….. y venga hablar y no paraban. Los que me conocéis sabéis que a mí también me gusta hablar, pero no cuando trabajo. Estoy acostumbrada a trabajar con Rafael en silencio, con tranquilidad y concentrada, como mucho escuchando la radio y ya llevaba muchos días que cada día era trabajar con ruido y más gente y venga hablar. Aunque parezca que el trabajo de digitalización es mecánico hay que estar pendiente de no saltarte hojas, no dejar la mano en la foto, que el libro no se mueva y si estás hablando luego nos encontramos con errores y hay que ir a repetir. Ahora no recuerdo de memoria cuando hicimos una parroquia o la otra, así que en la relación veis algún cambio, no lo toméis en cuenta. En Pinoso hicimos una buena amistad con José Antonio, sacristán de dicha parroquia, siempre estuvo dispuesto a ayudarnos sin mirar horas y trabajamos muy bien allí. Llego el fin de esta primera etapa, ya no podíamos seguir, estábamos en puertas de la Navidad. Día 21 de diciembre, casi un mes después, volvíamos a casa. Atrás quedaban nuevos amigos y por delante mucho trabajo que hacer para que el tesoro que llevábamos en nuestras alforjas lo pudieran disfrutar todos los investigadores. Continuara… |