Mi historia empieza en 1965.- de André Berenguer

La historia empieza en 1965.

Mi padre, mi madre, mi hermano y yo estamos de vacaciones en Madrid. Después de la visita del Prado, nos paseamos por el parque del Retiro y nos paramos ante la estatua de Ramón Berenguer, conde de Barcelona, y mi padre bromea: »aquí tenemos a nuestro antepasado ».

Esta broma se repitió a menudo durante los años siguientes, pero claro sabíamos que no éramos descendientes de los condes de Barcelona. Pero mi padre siguió preguntándose quien eran nuestros verdaderos antepasados y en los años 80-90, después del nacimiento de mis hijos, empecé las búsquedas, por correo primero porque vivíamos ya en Francia, y lo hice sobre todo para mi padre y para mis hijos. Como solo conocía las fechas y los lugares de nacimiento de mis abuelos, fue necesario hacer muchas búsquedas y dos personas me ayudaron mucho: los archiveros de Alicante y de Málaga en esos años que eran don Federico Sala Seva y don Lisardo Guede Fernández.

Sin ellos, nunca hubiera podido progresar. Los años pasando, este « hobby »se ha vuelto pasión y he descubierto cosas y gente muy interesantes. Un ejemplo sencillo: en mi familia ha habido siempre una gran afición por la guitarra (mi hermano y mis hijos la tocan bastante bien) y en la primera partida de nacimiento que recibí, la de mi abuelo paterno en Alicante, pudimos leer que su padre era « constructor de guitarras » ! Las agradables sorpresas de la genealogía. En dicha partida había la dirección donde vivían mis bisabuelos Berenguer y sus hijos en Alicante: 11 calle de la Infanta.

La primera vez que fui a Alicante, busqué esa calle, pero ya no existía, mejor dicho había cambiado de nombre. En el archivo municipal encontré un libro con los antiguos nombres de calles y los nuevos, y así supe que se llamaba ahora calle Primo de Rivera. La encontré y busqué el numero 11.Pero los primeros números habían desaparecido, porqué las casas habían sido derrumbadas para aumentar el pasaje a la rambla. Calculé aproximadamente donde debía estar la casa de mis antepasados y me quedé allí unos minutos pensando en ellos, como un peregrino que hubiera alcanzado su meta. Cada vez que vuelvo a Alicante sigo el mismo camino para saludar a mis antepasados..

André BERENGUER